Comerciantes plantearon cuestionamientos.
Comerciantes grandes generadores de residuos, de diferentes rubros, se quejaron por los altos costos que les insume el servicio que deben contratar de forma obligatoria y reclamaron mayor efectividad.
Roturas de contenedores, violaciones a los candados de los mismos y aumentos de tarifas fueron algunos de los planteos.
Los mayores generadores residuos suelen ser del rubro gastronómico, aunque también están integrados supermercados, carnicerías, fruterías y hasta fábricas de pastas.
En general, estos contenedores, mayoritariamente negros, suelen ubicarse frente a las cafeterías, restaurantes, pizzerias, hoteles y parrillas, por ejemplo.
“Los contenedores son incómodos, espantan a los que quieren sentarse en la vereda y, como muchas veces el candado está roto, los consorcios vecinos tiran las bolsas ahí y son revueltos por gente en situación de calle. Nos debemos una discusión sobre el tema”, aseveró el presidente de la Cámara Gastronómica, Hernán Szkrohal.
Aunque reconoció que “hemos hablado el tema con la municipalidad muchas veces”, siempre chocaron contra “los contratos y los pliegos de licitación. Le tenemos que encontrar una solución, hay que hacer una reforma integral al sistema”.
Un colega suyo, con parrilla sobre Alem, adhirió a las quejas “por los altos costos, cuando pagamos la tasa de servicio urbano, y porque la empresa debería encargarse de hacer la limpieza del contenedor, porque por más que recolecten la basura todos los días, lo acumulado genera olor. Y mucho más en el verano con los calores”, detalló Gastón y estimó que paga unos “50 mil pesos por mes para que recolecten los residuos todos los días”.
Si bien sobre Alem -específicamente en la zona más comercial comprendida entre Almafuerte y Peña- los contenedores se ubican unos al lado de los otros y pueden sumar seis por cuadra, en el centro es dónde mayor densidad de los mismos existe. A eso se le suman los decks de los establecimientos gastronómicos y casi no quedan espacios para estacionar. Además, como los mismos tienen ruedas, es muy normal que por efecto del viento se movilicen por su propia cuenta.
Damián es propietario de una verdulería en el barrio Las Lilas y en la puerta de la misma tiene un contenedor porque está catalogado como “gran generador de basura” pero sostuvo que “ahora, en invierno, no lo lleno todos los días y por eso no tiene sentido que me lo vengan a recolectar”. “Quiero bajar la frecuencia, pasar de 5 a 3 días -agregó- porque eso ayudaría a pagar menos, pero me dicen que no se puede”.
En un negocio del mismo rubro, pero ubicado en Playa Grande, Cristian se quejó porque “es un costo fijo altísimo, en épocas de vacas flacas”.
“Lo bueno del sistema es que ya no quedan las bolsas en la calle -señalo Gastón- pero es caro para lo que ofrecen, porque la misma empresa debería encargarse de la limpieza de los contenedores”.
Incluso, en algunos establecimientos gastronómicos -como el bar de Quintana y Alem- ensayan sistemas binarios, con la implementación del compostaje. “Sirve, es un sistema comunitario -explicaron- pero al contenedor lo tenés que contratar si o si. Es obligatorio”.
Otra de las cuestiones es el cierre de los mismos, ya que “tienen candado, pero te lo vuelan y los tenés que reponer a tu cargo. Así que muchos los dejamos sin candado, lo que permite que se abran y revuelvan todo”, explicó Silvina, encargada de una sanguchería de la zona de Alem.
Los comerciantes tampoco están de acuerdo con “la obligatoriedad” de contratar el servicio. Desde el Emsur confirmaron que son los encargados de “controlar a los comercios que son grandes generadores de residuos y que los contenedores no desborden” pero que “las frecuencias no las establecemos nosotros, sino que es un arreglo entre las empresa y sus clientes”, aclaró el titular del ente, Sebatián D’Andrea.
Asimismo, el funcionario hizo hincapié en que los controles apuntan a “ordenar el tema de los residuos, con eje en la salubridad. Tiene que haber una concientización del tema”.